No hay nada que sea tan complementario al sexo como el pecado. El morbo que produce saber que estás cojiendo con alguien con quien no deberías es sublime. Por eso Mei Pang no duda ni por un solo segundo en mantener un buen encuentro sexual con el marido de su hermana, es decir... ¡con su propio cuñado! Sí, ya sé que las infidelidades están mal, pero... ¿os habéis fijado en lo cachonda que está la argenta con la situación?