Hace tiempo que planeo este día. Esperanza Gómez en mi habitación de hotel. En mi cama. La traje en avión desde Colombia y mi chofer la recogerá en el aeropuerto. El dinero no significa nada para mí. Pagaría el doble, el triple por tenerla una sola noche. Ahora mi noche ha llegado y ella está aquí para mí. Su sonrisa sexy, su acento extranjero, sus piernas largas y sus tetas grandes. Que se joda la barrera del idioma; el sexo no tiene barreras lingüísticas. Ella sabe lo que quiero y por lo que he pagado, y no puedo esperar a que me lo dé. Esta va a ser la mejor noche de mi vida.