Qué bibliotecario más aplicado eres, llevando un libro olvidado a la dirección. Pero cuando aparece la dueña del libro, te sorprendes: La francesa Nikita no te parece la típica rata de biblioteca. Y tienes razón porque, como pronto descubrirás, dejó el libro como cebo para poner sus traviesas manos sobre el apuesto bibliotecario.