Violet Ray ha salido de su comunidad amish y se ha quedado completamente alucinada con la variedad de ofertas y experiencias que ofrece el mundo real. Ha visto cosas que la han puesto muy cachonda y recurre a un experto psiquiatra para que la pueda aconsejar. Ella no quiere dejar su comunidad, pero tampoco es capaz de dejar de frotarse el coño continuamente. Las chicas amish también necesitan su buena dosis de polla, y el doctor le va a prescribir la suya propia.